Diseñado por Vermondo Resta, esta obra es el resultado de la transformación de antigua muralla almohade en una galería en altura revestida con labor de grotta y pinturas renacentistas. Una estructura que, acorde a los gustos de la época, permite una percepción más amplia de los jardines; sin por ello negar, la experiencia más íntima heredada desde época islámica. De esta forma, el recorrido sobre la copa de los árboles -cual barón rampante- permite reconstruir de manera sintética los diferentes jardines que componen el Alcázar de Sevilla. Un conglomerado heterogéneo de estilos donde, como afirmaba Murube, un patrón y belleza común parece unirlo todo.